El mismo día en que todo el mundo celebra al libro y la lectura, la Licenciatura en Literatura de la Universidad Finis Terrae inauguró su Año Académico 2019 con la escritora chilena, Raquel Olea, como invitada de honor.

En su charla titulada “¿Por qué una crítica literaria feminista? Historia y desafíos”, la Doctora en Lenguas Románticas de la Universidad Goethe de Frankfurt y académica de la U. de Santiago de Chile, considerada como una de las principales protagonistas de la crítica feminista en Chile, expuso la experiencia de su viaje personal en el mundo de la literatura y el feminismo de ayer y hoy.

Francisca Lange, directora de la Escuela de Literatura de la U. Finis Terrae, dijo que la figura de Raquel Olea “nos recuerda que el feminismo ha sido un tema urgente que trasciende el presente”.

“La crítica literaria feminista de un texto no propone escribir la verdad de lo escrito. Es una lectura que persigue interrogar lo femenino, qué han escrito las mujeres, por qué han escrito, desde dónde escriben”, planteó Olea. Según la autora de “Volver a la memoria”, la crítica literaria feminista obliga a conocer del feminismo, de su historia, de sus pensamientos.

—Hoy es el Día Mundial del libro ¿qué ha significado el libro en su vida?

—La lectura, desde joven para mí significó una de mis actividades principales y el libro es un objeto preciado, es maravilloso tener tus libros. Yo les diría a todos que tienen que tener una biblioteca. No hay un lugar más fascinante en un espacio privado que el lugar donde tienes tus libros. Cuando ordenas tus libros, los sacas, los hojeas, vuelves a leerlos. Hay libros que se transforman en tesoros, en fantasías. Es tan importante no solo vivir en la realidad, sino en la fantasía que emergen de los libros.

—¿Los cinco autores infaltables en tu biblioteca?

—Esa es una pregunta muy compleja, pero elijo a Gabriela Mistral, Fiódor Dostoyevski, William Faulkner, José Donoso y Diamela Eltit. Pero agregaría una sexta: Emily Dickinson.

—Ida Vitale poeta uruguaya, hace pocas horas recibió el Premio Cervantes

—Me parece muy importante que lo reciba una mujer que ha dedicado su vida a la literatura. Todos los países están en deuda con las mujeres, sobre todo en el campo de la literatura, que ha sido dominado por lo masculino. Allí germina el mundo, la palabra construye realidades. Celebro que Ida Vitale, al ser una gran poeta y latinoamericana haya recibido el premio.

—Y para terminar ¿Qué es ser mejor?

—Es pensar en el otro e ir en contra de la filosofía individualista. Tomar la generosidad, la solidaridad y la compasión como valores propios. Sin embargo, el ser mejor también es relacionarse con los demás de manera contestataria y rebelarse contra este sistema actual que promueve el tener sobre todo lo demás. Sin embargo, también tiene que ver del modo como nos relacionamos con lo que nos rodea, de cómo cuidamos la madre tierra. La interdependencia Ser mejor es respetar al otro, a la naturaleza.

Gabriela Mistral y el feminismo

Raquel Olea es reconocida porque investigó durante 20 años la vida y obra de Gabriela Mistral, que ella denomia como “La inmensa, compleja y profunda obra de Mistral. Por eso, cuando me dicen que es fome, pienso: no saben la fuente inagotable del lenguaje que es ella y su poesía”.

La académica participó en el Primer Congreso Internacional de Literatura Femenina latinoamericana, realizado en 1987, cuyo lema fue: Mujer, Cultura y Contracultura. Un año antes, ya se gestaba entre algunas escritoras chilenas, “la posibilidad de mostrar la disidencia de la mujer ante, primero la dictadura y la urgencia de recuperar la democracia, y lo segundo era deshacerse de los estereotipos que aún con el paso del tiempo, persisten” afirmó.

“En ese tiempo había poca vida cultural y social. No había prensa activa. Muchas de nosotras no nos conocíamos en persona, era un mundo diferente. Cada una escribía aislada en su casa. Estaban los talleres de Pía Barros, pero nada más que eso. Lo importante es que todas estábamos por primera vez pensando, cómo visibilizar a la mujer desde las interrogantes propias de una”, manifestó.

Según la doctora fueron tres los momentos históricos que marcan la historia de las feministas en Chile. El primero en 1920, que representó la lucha de la mujer por tener derecho a voto, que se concretó en 1935 en una elección municipal, materializándose el sufragio universal femenino en 1949.

El segundo hito, ocurrió en plena dictadura. En aquel entonces, se fundó La Morada una corporación feminista que critica entre otros, al sistema patriarcado y sexista de la sociedad chilena. La cual fue dirigida por Raquel Olea entre 1991 a 1996.

La “revolución feminista chilena” del 2018, estima, ha sido la última intervención feminista de la mujer en Chile, que se enfoca principalmente en la violencia de género. “La mujer no es un objeto de posesión de nadie, no puede vivir en violencia, en acoso o lidiar con el abuso”, afirmó la escritora durante su exposición.

Por Paola Carrillo, periodista en práctica