Queridos académicos:

En estos meses les he dirigido varias cartas para compartir con ustedes mis reflexiones respecto a los desafíos que nos plantea el documento denominado Horizonte de desarrollo de nuestra Universidad. Mi deseo ha sido abrir una discusión amplia, que impulse a las unidades a profundizar respecto al camino que nos hemos trazado como Institución y visualizar cómo cada uno puede colaborar en este objetivo.

Cada académico y funcionario de la Universidad es corresponsable del futuro institucional. Más allá de los legítimos proyectos personales, nos reúne una misión en común y cumplirla a cabalidad requiere hacer carne la experiencia de ser parte de un mismo cuerpo. ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo lo lograremos? Son las preguntas que he intentado responder sabiendo que la respuesta completa sólo corresponde a la comunidad.

En esta carta quisiera abordar el tema de la sustentabilidad y los recursos, ámbitos de especial relevancia para el desarrollo presente y futuro de la Universidad. Hoy nuestra Institución está sana desde el punto de vista financiero, sin embargo, para avanzar en la complejidad requerimos aumentar de manera importante los recursos y las fuentes de financiamiento disponibles. 

Robustecer las comunidades académicas y los centros de estudios, instalar laboratorios especializados y áreas de innovación y generar metodologías de divulgación científica de alto nivel requieren inversiones importantes. Hemos estimado que nuestro presupuesto para el desarrollo académico en los próximos 6 años debería casi cuadruplicarse, llegando a cerca de $4.500.000 anuales en el año 2027.

La sustentabilidad de un modelo universitario complejo requiere también diversificar los ingresos que se reciben. Hasta ahora ellos, fundamentalmente, provienen del pregrado situación que debemos modificar a la brevedad. Por lo anterior, debemos concentrarnos en adicionar financiamiento vía postulación a proyectos públicos y/o privados, sistema que ha mostrado sus bondades en todo el mundo y que, además, constituye una forma trasparente de legitimar los avances en investigación e innovación que han alcanzado las instituciones.

También debemos robustecer nuestra área de posgrados y capacitación, consultorías, prestación de servicios, patentes, etc. Cada unidad tiene fortalezas y potencialidades las cuales debemos cultivar en forma tal que sean motor de desarrollo para cada una de las disciplinas. Se trata de desafíos enormes para las áreas de Investigación y Vinculación con el Medio.

Las facultades y escuelas, a partir del ejercicio de sincerar sus costos particulares, tienen que ser capaces de levantar modelos para financiar sus funciones universitarias, considerando los costos en recursos humanos, infraestructura y otros gastos asociados. Como contrapartida es importante mejorar la transparencia, a todo nivel, en el uso de los recursos de manera de fortalecer la corresponsabilidad financiera de todos los estamentos.

Los planes de desarrollo que deben poseer cada unidad tendrán el soporte técnico de las unidades centrales, a las cuales les corresponde generar nuevos mecanismos de financiamiento transversal y levantar equipos de proyectos, ventas y comunicaciones de alto nivel que fortalezcan, verificadamente, la capacidad de las unidades para adicionar recursos. El esfuerzo en esta materia debe darse en todos los niveles, favoreciendo la articulación y el trabajo en equipo.

Además de generar mayores recursos de origen diversificado, es también un gran desafío el uso óptimo de ellos. Esto implica realizar los cambios necesarios para contar con una estructura organizacional eficiente, con la capacidad promover proyectos sinérgicos entre las distintas unidades. Debemos avanzar decididamente en favorecer la articulación de funciones y lo interdisciplinar pues además de sus bondades académicas permiten un mejor uso de los recursos.

En los próximos meses trabajaremos en los planes estratégicos por unidad y requeriremos de cada comunidad insumos para proyectarnos desde el punto de vista académico y también financiero. Un momento de mayor madurez nos obliga a mirar ambos aspectos de manera integrada, entendiendo que la sustentabilidad es uno de los pilares transversales de la complejidad.

Estamos llamados como Universidad no sólo a ser sustentables, sino también a promover la sustentabilidad como cultura que aprecia el cuidado y el manejo eficiente de recursos con visión de largo plazo. Esto debe ser parte también de nuestros planes de estudios pues desde el punto de vista económico, social y medioambiental se nos pide una corresponsabilidad inteligente. Es decir, nuestra visión financiera no obedece a una mirada táctica, sino a una postura estratégica, ética y misional de amplio alcance. 

Finalmente, quiero desearles que este penúltimo mes del año sea fructífero para todos. Es un periodo muy clave para programar el año que viene, el cual recibimos con renovada esperanza. Los encomiendo a cada uno, en la certeza que Dios acompaña nuestro caminar.

Cordialmente,

Cristian Nazer 

Rector