Queridos miembros de la comunidad universitaria:

Ayer conmemoramos el Día del Trabajo y esto me da la oportunidad de enviarles un saludo cariñoso y agradecido a todos los funcionarios de nuestra querida Universidad. Son ustedes, con su compromiso y entrega cotidiana, los que construyen una mejor Institución y que permiten visualizar con esperanza el futuro.

Siempre es importante mirar con perspectiva este tipo de fechas. Conmemorar este Día implica dar cuenta de un largo recorrido que ha hecho la humanidad para dignificar la persona humana y para hacerlo a través del trabajo. Permitir que una persona desarrolle sus talentos, comparta con otros una misión trascendente, establezca relaciones de confianza y colaboración en torno a desafíos comunes, es no sólo gratificante, sino que constituyen experiencias necesarias para construir una vida plena.

Como bien saben todos ustedes, hemos resaltado en la construcción de nuestra Finis Terrae el valor de la comunidad. Hacerlo no es una decisión táctica, sino una opción misional que apunta precisamente a facilitar que cada uno de los miembros de nuestra organización pueda ser parte de un proyecto colectivo, animado y sustentado por valores cristianos perennes.

Nosotros valoramos cada trabajo y ocupación que se desarrolla en nuestra Institución. Todo esfuerzo es imprescindible para lograr aquello que anhelamos que es contribuir al bien común y al bienestar de quienes pertenecen a nuestra comunidad.

A comienzos de este año, el Papa Francisco se refirió al tema del trabajo en los siguientes términos, que humildemente hago míos: “Los animo a reflexionar sobre el sentido que damos al propio trabajo, a verlo como un servicio, como un modo de ayudar a los demás con nuestro esfuerzo. Que el Señor los bendiga y bendiga todas sus tareas, de modo que sean siempre para mayor gloria de Dios.”

Cordialmente,

Cristian Nazer
Rector