Falta menos de tres meses para la COP25 y se hace necesario que los representantes de instituciones que promueven la sostenibilidad en el sector financiero se reúnan en torno de la búsqueda de soluciones frente a la amenaza del cambio climático. Es por ello, que este 3 y 4 de octubre, exponentes en la materia abordarán, en el Seminario Internacional de Finanzas Sostenibles, los “Desafíos y oportunidades para las Entidades de la Economía Solidaria de Latinoamérica”.

El encuentro, organizado por la Universidad Finis Terrae a través de su Escuela de Auditoría y Control de Gestión, la Iniciativa Financiera de ONU Ambiente (UNEP FI), y la Confederación Latinoamericana de Cooperativas de Ahorro y Crédito (COLAC), y que se realiza en la U. Finis Terrae, tendrá como uno de sus objetivos principales el concientizar sobre el impacto que está teniendo el cambio climático en los modelos de negocios del sector financiero latinoamericano.

En el seminario se abordarán 5 ejes temáticos: Cambio Climático y Finanzas Sostenibles; Economía Solidaria y Desarrollo Sostenible; La Visión de los Fondos multilaterales sobre las Finanzas Sostenibles; Taller de Capacitación: Riesgos Ambientales y Sociales, y Casos de Éxito en la Economía Solidaria.

Uno de los expositores principales de la jornada, será Mauricio Velásquez, Ejecutivo Principal de Ambiente y Cambio Climático de CAF Banco de desarrollo de América Latina e impulsor del Protocolo de Finanzas Sostenibles de la Banca de Ecuador, quien expondrá su visión de los fondos multilaterales sobre las Finanzas Sostenibles, el fortalecimiento de sus capacidades y la gestión de los fondos.

De acuerdo a la UNEP FI, es necesario considerar al sector de la Economía Solidaria, en el cual se incluyen las cooperativas financieras o de ahorro y crédito, las mutuales de ahorro y préstamos y los fondos o asociaciones de empleados. Desde sus inicios, con la movilización del ahorro y la inversión, estas instituciones han contribuido exitosamente al desarrollo sostenible ambiental y social de las áreas en las que operan, y quizás, lo hacen de mejor forma que otros actores financieros, toda vez que con sus productos y servicios han logrado una inclusión financiera real, llegando a la base de la pirámide social, con incidencia positiva y directa en muchos hogares y comunidades.

Hoy más que nunca existe conciencia de que en la economía solidaria se deben redoblar esfuerzos o emprender iniciativas formales que demuestren que son capaces de fomentar la sostenibilidad ambiental y social a través de sus modelos de negocios, lo que consecuentemente atraerá el interés de inversionistas y entidades que promuevan las finanzas sostenibles en las entidades financieras.

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