“Tener un boca sana es tener buena salud”
Teresa comenzó su tratamiento en diciembre del año pasado, debido a un accidente que tuvo. Hoy continúa con los procedimientos y puede sonreír
En diciembre de 2016, Teresa Poblete (55) atendía un puesto de Navidad en la feria artesanal del Paseo Bulnes. En ese momento, cuando ayudaba a su hija y vendía productos, sufrió un accidente que jamás vio venir. Mientras almorzaba una típica ensalada, uno de los tallos de las verduras quedó entre medio de sus dientes, provocando la trizadura de uno de ellos.“Sentí un dolor inexplicable, algo que nunca antes me había pasado. Lo peor es que todavía no terminaba la feria y no podía dejar el puesto. El resto de la jornada fue un verdadero calvario”, relata Teresa.
Tal fue su desesperación que comenzó a preguntar a los vecinos y conocidos si sabían de algún centro donde la podrían atender. Fue así como una amiga le recomendó ir al Campo Clínico Macul.
“Era tanto el dolor que sentía, que una de mis amigas me contó que ella y su hijo se habían atendido en el Campo Clínico. Me dijo que la atendieron de inmediato y le solucionaron rápidamente su malestar. Además, me comentó que por medio de un Convenio que tenía la Universidad Finis Terrae con la Municipalidad, la atención y el tratamiento podrían ser gratis”, cuenta.
De esta manera, Teresa llegó al Campo Clínico Macul, donde se ocuparon de inmediato de ella y le entregaron información sobre el Convenio.
“Me empecé tratar ese mismo día. Necesitaba solucionar mi urgencia y recuperar mi diente. Los profesionales fueron muy amables y realizaron el procedimiento completo. Me hicieron un tratamiento de conducto y llevaron a cabo un implante de corona. Aquí entendí que tener una boca sana era tener buena salud”, explica.
Esto no sólo alivió el dolor de Teresa, sino que también la ayudó a enfrentar uno de los constantes miedos que existen en la actualidad: ir al dentista.
“Antiguamente ir al dentista era un terror. Nadie se atrevía a ir y todo el mundo lo postergaba. Sin embargo, debido a la situación que me tocó vivir y al excelente trato que tuve por parte de los profesionales de la universidad, comprendí lo importante que es la salud de mis dientes. Y más aún, no experimenté ningún dolor en todo el tratamiento, por lo que hoy en día es un agrado ir al dentista”.
Convenio que saca sonrisas
En paralelo al tratamiento de urgencia que tuvo que realizarse, Teresa comenta que obtuvo su acreditación rápidamente con el Convenio. “Presenté un papel que certifica mi residencia en la comuna, además de estar inscrita en un centro de salud de la misma. Fue así como mi tratamiento no tuvo costos para mi. Incluso aproveché la instancia para continuar otros procedimientos que debía realizarme y hasta el día de hoy los estoy haciendo”.
“Estoy encantada con todo. La atención y el fácil acceso son cosas muy importantes. Existen varios programas enfocados en la salud dental, pero por lo general hay que hacer mucho papeleo para ser parte de ellos. Sin embargo, este convenio me facilitó las cosas, me ayudó a entender lo importante que es mi salud en todo ámbito y, por sobre todo, me permitió volver a sonreír”, agrega.
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