Queridos miembros de la comunidad universitaria

Han trascurrido ya varios meses desde que empezáramos a vivir la situación de crisis producto de la pandemia y estamos llegando –en buena parte de nuestros cursos– al final de un semestre complejo y duro, pero en absoluto perdido. A pesar de los muchos obstáculos, hemos avanzado en nuestros procesos formativos y hemos fortalecido nuestro sentido de comunidad y, sobre todo, nuestro carácter como Institución.

Hablar de carácter no es hablar de insensibilidad o dureza, sino es evocar la convicción y coherencia con que se lleva adelante la misión institucional y se viven los valores propios, en todo contexto. Estos duros meses precisamente nos han permitido vivenciar la importancia que tiene la formación integral de cada persona, puesto que de ella emerge el temple y la resiliencia para enfrentar incluso las situaciones más adversas. De igual manera, este tiempo ha dejado en evidencia que la comunidad tiene un valor inconmesurable. Si estamos logrando terminar un semestre de estas características es porque las voluntades se han sumado en torno al proyecto común.

No corresponde ni es posible, sin embargo, tapar el sol con un dedo: está crisis –aunque ya se ha hecho larga– está aún en pleno desarrollo. Nos espera un invierno especialmente crudo e incierto y una primavera en que la palabra reconstrucción comenzará –Dios mediante– a sonar con inusitada fuerza.

Ante esta realidad, hemos trabajado con las vicerrectorías, decanatos y direcciones de escuelas diversos escenarios para concluir adecuadamente el presente semestre y proyectar el segundo. Aún cuando la pandemia podría tener en primavera un menor impacto, la prudencia y la experiencia internacional nos llevan a pensar que sólo algunos cursos podrán volver a clases de manera presencial el próximo semestre y no desde el inicio. Es decir, en el mejor de los escenarios, estamos contemplando concluir este 2020 con una modalidad mixta de docencia presencial y a distancia. La prioridad, por cierto, la tendrán aquellas asignaturas en que la presencialidad es fundamental (ej. laboratorios, talleres y prácticas, entre otros), intentando sin embargo que todos tengan algunos ramos o al menos actividades en nuestros campus.

Sabemos que necesitamos volver a encontrarnos, pero ello se deberá hacer de manera paulatina, flexible y con los resguardos que la salud de las personas requiere.  Para ello, desde hace más de dos meses un comité permanente de crisis sesiona cada semana para ir evaluando y previendo las diversas medidas que garanticen la mayor seguridad para todos.

Teniendo todo lo dicho en consideración, el calendario académico para lo que resta de año, entendiendo que puede sufrir cambios por la situación sanitaria del país y modificaciones particulares por la naturaleza de algunas carreras, es el siguiente:

Los comités curriculares de cada carrera en conjunto con la Vicerrectoría Académica han categorizado las asignaturas en tres grupos: a) completamente online, b) con componentes online y presenciales, c) predominantemente presenciales. De acuerdo a ello, los respectivos directores de carrera informarán oportunamente respecto a cómo se impartirán los cursos y los resguardos que se adoptarán en términos de horarios y modalidades. Les pido colaborar con ellos pues todos estamos viviendo una experiencia inédita. No está demás recordar que estamos haciendo un gran esfuerzo por garantizar a nuestros alumnos la formación adecuada en el contexto actual y, al mismo tiempo, en la medida de lo posible, por concluir el año en diciembre. En breve, la Vicerrectoría Académica emitirá una resolución al respecto con mayores detalles.

En el caso de los programas de postgrado las respectivas direcciones harán llegar a sus alumnos la calendarización y modalidad de la actividad docente, siempre dentro del marco general de este calendario que les comparto.

No puedo terminar sin manifestarles, una vez más, mi orgullo por la Universidad que estamos construyendo. Tengo la certeza que este 2020 marcará nuestra historia institucional y que nada de lo que estamos viviendo será en vano. El nuevo tiempo nos encontrará más fuertes y al mismo tiempo, más humildes, porque seremos más concientes de que la esperanza adulta y verdadera, no rehuye el dolor y la incertidumbre, sino que los llena de significado. Jesús es nuestro Maestro.

Con afecto,

Cristian Nazer

Rector